Las chamarras no sólo son para el frío

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Una de las funciones primordiales de la ropa ha sido, desde siempre, la de protegernos de las inclemencias del clima y de los factores externos, es por eso que se han inventado un gran número de prendas de vestir dedicadas casi exclusivamente a resguardarnos del frío o la lluvia, siendo las chamarras de las más importantes para conservar una buena salud.

La chamarra es una prenda de mangas largas que cubre el dorso de cuerpo (aunque en algunos casos llegan hasta las pantorrillas), se cierra por la parte delantera con botones o una cremallera y en algunos casos tiene compartimentos para guardar objetos pequeños, se utiliza la mayoría de las veces sobre la demás ropa y es ideal para los lugares de climas con bajas temperaturas, pues su diseño y el material con el que están fabricadas suele ser grueso y por lo tanto corta el paso del aire frío, además de que son abrigadoras.

Conocidas también como chaquetas o cazadoras, este tipo de ropa se ha caracterizado por ser indispensable en el ropero de todas las personas que viven territorios fríos en donde incluso cae nieve, principalmente en la parte norte del mundo. En países como Canadá, Islandia, Estados Unidos, Rusia o Alemania siempre se observará gente portando gruesas chamarras fabricadas con materiales térmicos que mantienen el calor del cuerpo de las personas.

Sin embargo, como todo en la moda, la chamarra ha ido evolucionando a la par del ser humano, recordemos aquellas imágenes del hombre de las cavernas que cazaba animales no sólo para darle de comer a toda la tribu, sino que también utilizaban las pieles para fabricar —de forma rudimentaria, claro está— capas que los protegieran de las crueles heladas invernales.

Aunque durante el siglo XIX el utilizar abrigos largos de telas finas era más un símbolo de poderío económico que de refugio del clima, no fue sino hasta el siglo XX que la utilización de las chaquetas se popularizó entre todos los miembros de la sociedad, dando como resultado una serie de acontecimientos que marcaron tendencia, convirtiéndose así en uno de los productos más utilizados y estilizados que se pueden adquirir hoy en día.

Remontémonos a la década de los años cincuenta, periodo histórico de profundos cambios en la organización de la sociedad; en ese entonces la juventud ya estaba harta de los estándares sociales prestablecidos, que indicaban cómo es que debían de comportarse y vestirse las personas para ser consideradas respetables —la moda en los años cuarenta dictaba el uso de ropa formal en casi todas las situaciones—; es por eso que la rebelión generalizada de los adolescentes afectó varios aspectos sociales, entre ellos la vestimenta.

Uno de los estándares de esta rebelión fue el implemento de zapatos negros, pantalones de mezclilla (considerados hasta entonces exclusivos de los obreros), playeras de algodón (y ya no camisas) y chaquetas negras de cuero. Esta tendencia tuvo tanto éxito entre la juventud que se realizaron películas sobre la temática de la rebeldía juvenil, siendo una de las más famosas hasta nuestros días la que lleva como título “Rebelde sin causa”, en la que el actor James Dean interpretaba a un chico problemático que portaba todo el tiempo su infaltable chamarra de cuero.

Con la llegada de la década de los años sesenta también devinieron una serie de luchas y manifestaciones sociales en Estados Unidos, en ese sentido, las mujeres alzaron su voz para pedir que se respetaran sus derechos en un movimiento mejor conocido como de liberación femenina; en él, la moda también estuvo muy presente, ya que por un lado hubo episodios en el que las adolescentes quemaron sus sostenes protestando en contra de la represión, pero por otro, se popularizó el uso de la minifalda, la cual solía acompañarse con una chaqueta.

Una década más tarde, las chamarras vaqueras o de mezclilla son ampliamente utilizadas por los integrantes del movimiento hippie. Uno de los artistas más reconocidos a nivel mundial que solía utilizar este atuendo fue el cantante y compositor británico John Lennon, quien junto a Paul Mccartney fundó el legendario grupo The Beatles. Para los años ochenta, diversos grupos musicales pertenecientes a los géneros del punk y el metal popularizaron entre la juventud el uso de cazadoras negras de cuero adornadas con estoperoles (pequeñas piezas de metal remachadas en la tela).

No cabe duda que las chamarras han sido una pieza clave para los distintos movimientos culturales de las últimas décadas. En la actualidad su uso es muy popular no sólo entre la juventud, sino que se trata de una prenda tan versátil que cualquier persona la puede incluir en su guardarropa. Las hay de todos tamaños y colores, desde pequeñas chaquetas que sirven como un bonito accesorio pero que no calientan nada, hasta grandes abrigos destinados a utilizarse en los climas más ríspidos.

La industria de la moda ha creado cazadoras para todos los estilos e ideologías, convirtiéndola así en una prenda multifacética indispensable en nuestro clóset, en Rozen lo sabemos muy bien, por eso te ofrecemos chamarras formales y casuales tanto para hombre como para mujer, confeccionadas por manos expertas con materiales de la más alta calidad.

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