Cómodo… ¡y sin frío!

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¡Qué rico es traer un chaleco cuando hace frío! ¡Y qué cómodo! No hace falta arremangarse cuando uno se lava las manos, como cuando traemos un suéter o una chamarra. A veces suele ser un poquito incómodo traer mangas… ¡hay que aceptarlo!

 

Sobre todo cuando comemos: corremos el riesgo de meter las mangas en nuestros platillos, especialmente cuando nuestra ropa para el invierno es estorbosa o muy voluminosa. Con las chamarras gruesas y los suéteres pesados, siempre corremos ese riesgo… ¡pero no con loschalecos!

 

Los chalecos son una de las prendas más amigables que se pueden tener, nos deja laborar a gusto: podemos escribir en la computadora, hacer trabajos manuales sin temor a dañar nuestra ropa, bañar a nuestros hijos, hacer los quehaceres del hogar… ¡y todo esto sin morirnos de frío! Sólo hace falta ponernos chaleco.

 

Recordemos la primera vez que usamos chaleco: no podíamos dar crédito a lo que estábamos usando. Olas constantes de felicidad inundaban y estremecían nuestro ruborizado rostro, y en cuestión de dos o tres minutos, las mochilas se caían de los estantes –es una expresión que los argentinos usan para decir que los chalecos son la mejor opción cuando de comodidad se trata.

 

En otras partes del mundo, los chalecos tienen distintos usos, no sólo sirve para andar por ahí sin mangas, o para prestar servicios a la nación sin tener que estarnos arremangando todo el tiempo. No, también en otros países los chalecos son invaluables. A veces sucede que en la mitad de la noche, en otros países, la gente cuelga chalecos en sus armarios para espantar las pesadillas y los sueños eróticos, y eso no está permitido aquí. Pero, de todos modos, los chalecos siguen siendo uno de los medios textiles más importantes de nuestra era.

 

Cuando no hay nadie mirando, una persona con chaleco puede hacer de las suyas sin ningún problema. El chaleco, además de protegerlo contra el frío, lo protege contra otras cosas malas que andan sueltas por el mundo, y que nadie se atreve a desafiar. Aunque los hombros se cansen y las espaldas se doblen, un buen chaleco nos protegerá del frío en toda ocasión, de eso no hay duda.

Quizás haga falta añadir que en todo el mundo, los chalecos son símbolo de prosperidad y de cariño al cliente ¿Por qué nadie en Starbucks trae chaleco? Pues porque no hace frío, pero también porque no son amables. Bueno, no quiero generalizar, pero la mayoría de los que preparan el café no son amables, y eso no pasaría si usaran chaleco. Los chalecos son la protección de todo aquel que tiene frío y no quiere arremangarse.

 

Tiene que ver también con el estado de ánimo: los que usan chaleco son mejores personas y viven más años que los que usan, por ejemplo, casacas u oberoles. Está comprobado científicamente que todos aquellos que usan chaleco están protegidos contra el virus del Zika, y contra otros males más pesados. Quizás a muchas personas le parezca que los chalecos ya están pasados de moda, pero es que no le han dado oportunidad a los chalecos.

 

Cuando hablamos de chalecos, hablamos de comodidad, de eso no hay duda. Hay diez hombres usando chaleco por cada cien humanos en este mundo, y eso no es justo. Debería de haber más chalecos per cápita, y todos seríamos más felices. Hay personas que se conforman con un chaleco, y es todo lo que aspiran en la vida. Así deberíamos de ser todos: agradecer lo que tenemos, y usar chalecos cuando hace frío.

 

Durante un tiempo considerable, los chalecos estuvieron de moda. Recordemos cuando los chalecos reinaban el mundo: ¡era un mejor lugar para vivir! Con la llegada de los leotardos de cirquero y las playeras de mamado para ir al gym, todo cambió. Pero aún es tiempo de revertir el efecto, y de posicionar a los chalecos como la prenda sin mangas más vendida de todas. Es nuestra misión hacerlo, y vamos a cumplirlo.

En momentos de crisis, son los chalecos los que nos protegen contra las inclemencias del tiempo. En las nevadas, las tormentas y huracanes, los chalecos nos protegen, nos cuidan y nos guardan de todo mal. Desde luego, se nos mojan las mangas de las camisas, pero no hay problema. Si algo hemos aprendido los que usamos chaleco, es a ser responsables y a saber admitir en qué estamos mal. Para eso nos ponemos chaleco: para protegernos del frío y afrontar cualquier cambio brusco de clima.

 

Por otro lado, los chalecos también fueron diseñados para hacer las delicias de los abuelitos, con sus diseños basados en rombos y su aspecto bonachón. Sin embargo, un montón de chicos guapos y bien formados usan chalecos para verse aún mejor, como unos verdaderos modelos que esperan a que los llamen los de la pasarela. Los mejores diseñadores de moda del mundo saben que los chalecos son unas de las prendas más versátiles y “cool” que existen. Kate Moss empezó usando chalecos, y vean en dónde está ahora. Definitivamente, los chalecos han llegado para quedarse.

 

Además de cómodos y calientitos, los chalecos Rozen son de mejor calidad, hechos con los materiales más finos y resistentes del mercado, y con unos diseños bastante bonitos, adecuados tanto para jóvenes como para adultos.

 

No encontrarás unos chalecos confeccionados con mayor esmero y cuidado que los chalecosRozen: nuestros trabajadores cuentan con una gran experiencia, y en cada etapa de su fabricación, los estándares de calidad son sumamente estrictos. Lo hemos hecho por décadas, y lo seguiremos haciendo.

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